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miércoles, 28 de enero de 2009

Langostinos de Sanlúcar

He pensado, tras escribir la anterior entrada, que bien podría enseñarles una fotografía el automóvil con el que viajábamos a la espléndida playa del pico del Loro, el tan renombrado seiscientos, para que comprobaran que no miento, aunque la foto sea en otro lugar, en el onubense y bonito pueblo de Zufre. Ése es



el que aparece detrás de parte de mi progenie, mis tres flores (las otras flores que aparecen en la pared son malvas reales). La otra parte de mi progenie no era aún ni capullo de flor, pues llegó cuando yo ya no me lo esperaba, aquí lo pueden ver, ¿ven?



en mis brazos. No ha salido muy fotogénico en esta ocasión, pero es que al nene no le gustaba hacerse fotos por aquel entonces, todo lo contrario que ahora, y si no, comprueben

...lo cómodo que se siente en ésta, andando unos años ya, claro está, acompañado de su compañera Elena, que para mí es otra hija más. Así que cuatro flores y un capullito, perdón, son parte de mi progenie actual.

Y para que no se diga (que soy avara con las fotos), les dejo ésta también



por un lado para que comprueben que no mentía cuando les decía que mi suegra era muy guapa, en esa fotografía lo pueden contemplar (la señora de la derecha, la otra señora soy yo, que no salgo muy favorecida, la verdad sea dicha, pero tengo más, fotos, no se preocupen que ya se las enseñaré, en las que estoy guapísima), con más de 70 años ya y esa presencia, y mi suegro, que buena planta tenía también, pero sobre todo les dejo esa foto para que que mi hija Eva (la niña que aparece a la izquierda con dos coletas), se hinche de llorar al verla, porque un pajarito me ha dicho que se emociona como una condenada cada vez que me lee hablar en este blog.
Y todo esto ¿para qué?, se preguntarán ustedes, y por qué habré titulado esta entrada con ese nombre tan apetecible. Pues yo les alivio la curiosidad con mucho gusto. Sólo lo hago, de camino, con la idea de ir "precelebrando" la ocasión. Y ustedes me preguntarán que qué ocasión, y con razón, pero esta vez yo les contesto que eso, sintiéndolo con toda mi alma aún no se lo puedo decir, aunque les aseguro que este viernes saldrán de la intriga.
Mientras tanto , y para que no se diga, porque esto es un blog de cocina, de MI cocina, y suya también, voy a invitarles a un platito, o dos, de buen marisco. Langostinos de Sanlúcar, los atigrados o rallados, he titulado, pero igualmente podría haberla llamado gambas blancas de Huelva. Como ustedes prefieran, pues el marisco se cuece todo igual, variando tan sólo casi infinitesimalmente el tiempo de hervor según el tamaño de las piezas ( a mayor, unos segunditos, o minutitos, más, depende).

Ingredientes:

-1 kilo de langostinos de Sanlúcar, o un kilito de gambas de Huelva, blanquitas, SIEMPRE. Menos importa el tamaño que el color. De precios, no hablamos, para qué, aunque como consejo se lo doy, compren marisco congelado en buenos establecimientos dedicados a tal menester. Para comprarlo fresco hay que ir a los puertos en cuestión si no queremos arruinarnos, literalmente, además de que a todos no nos resulta factible, y, MUY IMPORTANTE, el marisco congelado tiene la garantía al menos de que se ha congelado siempre fresco, mientras que si lo compran fresco, cualquiera sabe si no ha estado congelado ya.
- o agua del mar, o agua y sal.
- una hojita de laurel, si gustan, si no, es igual.

Proceso, sin problemas. Pongan en una olla grandecita agua a hervir, si es del mar, pues no necesitarán añadirle la sal. Si es de nuestros grifos añadan un par de puñados o tres de sal. El langostino es muy dulce y por mucha sal que le echemos nunca aparecerá salado. La gamba lo es menos, sin embargo también necesita buena cantidad de sal para que no nos aparezca sosa al final.
Vuelquen todas las piezas, aún si están congeladas, cuando el agua comience a borbotear. Sigan con el fuego vivo. Poco a poco las piezas irán tornándose más rosáceas y justo antes de que se ricen demasiado, es decir, cuando la espuma vuelva a subir, si son gambas, aparten enseguida, si langostinos, que son de mayor tamaño, dejen unos treinta segundos más en el hervidero. A continuación vuelquen todo sobre un colador bajo el grifo de agua fría, lo más fría posible y enjuaguen bien, sin miedo. El marisco no perderá sabor. Incluso si lo tienen a mano sumérjanlo todo bajo agua con hielo. Este frío que le añadimos al marisco ya cocido es la clave para que luego las gambas o los langostinos se puedan pelar cómodamente. El contraste de la temperatura es el que hace que la piel tan fina se pueda desprender de las exquistas carnes a las que envuelve.
Y ya está. Dispónganlos sobre una fuente bien colocados, añádanle unos granitos de sal gorda por encima si les han quedado algo sosos (prueben UNO), y tápenlos con un paño blanco limpio previamente humedecido o papel de cocina simplemente, también húmedo, y déjenlo reposar en el frío de la nevera. Si tienen prisa por consumir tan inestimables manjares, pueden hasta meterlos unos minutos en el congelador.
Para acompañarlos no hay nada mejor que una buena salsa de alioli hecha a mano, pero eso, lo dejaremos para otra ocasión, la elaboración de esa entrada.
Mientras, que les aproveche, y no se preocupen por el ácido úrico, que una ocasión, bien que merece permitirse un lujo.
Y un consejo, si tiene niños pequeños, denles todo el marisco que puedan porque resulta de los alimentos más recomendados para las edades del crecimiento...se lo dice una madre con experiencia.

4 comentarios:

Carlos Serra dijo...

Cada día le queda el blog más bonito, Loli. Se nota que le gustan las fotos.

Sofía Serra Giráldez dijo...

Muchas gracias por dejarme su opinión, GW Carlos, me alegra que le guste cómo va quedando.
Reciba un cordial saludo

Anónimo dijo...

Hola Loli, yo suelo preparar una salmuera con agua, hielo y sal gorda y cuezo los langostinos o gambas sin sal, y "cuando te miran" que es cuando empiezan a flotar los saco rápidamente los meto en la salmuera previamente prepara. Os aconsejo que probeis los que venden en www.mariscoiberico.es , son espectaculares!! Gracias Loli!!

Anónimo dijo...

como amante del buen marisco que quede encantada cuando probe los langostinos de sanlucar que suerte teneis en Andalucia con la gastronomia tan rica que teneis, pero la verdad que aqui en la meseta se hace un poco más dificil de conseguir