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viernes, 12 de diciembre de 2008

Arroz con carne y alcauciles

El alcaucil, conocido como alcachofa, es verdura de temporada invernal, por lo que este plato es particularmente recomendable para consumirlo en estas fechas.
Como todos sabemos sus propiedades ayudan al hígado a mantenerse en plena forma en su función de metabolizar las grasas que consumimos, así que de nuevo vemos cómo el saber popular, y en este caso, natural/estacional, es fuente de auténtica sabiduría (en invierno el organismo tiene a requerir más grasa, porque además nuestros cuerpos piden a gritos un mayor "recubrimiento" para poder aislarnos del frío).
No es que el alcaucil o su consumo "adelgace", como tan de moda está decir, es sólo que ayudará a nuestro organismo a eliminar tipos de grasas indeseables y metabolizar adecuadamente las buenas.

Ingredientes:

- 1 kilo de alcauciles medianitos
- 1/2 kilo de carne de la cabeza del lomo del cerdo (más jugosa, más tierna)
- 1 pimiento verde
- 1 cebolla mediana ( o un par de ajos, a elección, o ambos)
- 200 o 300 gramos de guisantes, da igual que sean frescos, en conserva o congelados)
- Pimienta en grano
- 1 clavito o dos
- laurel
- dos vasos de los de agua de arroz tipo bomba o normal (redondo)
- Agua, aceite de oliva.

Un detalle, la especia "clavo" es particularmente recomendable para casi cualquier plato que elaboremos con carne de cerdo. Su potente aroma y gusto combina muy bien con la carne de este animal.

Pondremos a sofreír la cebolla partida en pequeño (personalmente me gusta que se "vea", el tamaño será según preferencias), y si hemos elegido acompañarla con un par de ajos, también serán bienvenidos. Cuando empiece a ponerse transparente, le añadiremos el pimiento troceado y el tomate de la misma forma. Pasados unos diez minutos el sofrito estará listo.
A continuación añadiremos la carne previamente troceada. La sal, la pimienta en grano, los clavitos y el laurel, y rehogaremos todo un poco.
A su vez, debemos tener preparados ya los alcauciles para añadírselos en este momento.

Forma de preparar los alcauciles:

Cortaremos un poquito más arriba del inicio del cabo, aproximadamente un centímetro. Saldrán de esta forma algunas de las hojas más duras y estropeadas. De todas formas, nosotros con la mano quitaremos algunas más. A continuación los cortaremos por el otro extremo de la "flor", sobre un par de centímetros, eliminaremos así todos los filos más duros o estropedaos. Conforme los vayamos pelando los sumergiremos en un recipiente lleno de agua a la que habremos añadido medio limón exprimido (esto es para que la verdura no ennegrezca. También se le puede añadir perejil con la misma intención, aunque yo no lo he probado, sólo lo vi el tro día en un programa de televisión). Si son los alcauciles muy grandes, los cortaremos por la mitad (por el eje vertical).
Bien, una vez preparados ya podemos añadirlos al conjunto de sofrito y la carne, les daremos también unas vueltas con la cuchara de madera a fin de que "saboreen" todo el preparado anterior. Lo cubriremos todo con agua y, si el guiso lo estamos haciendo en olla rápida, con un cuarto de hora bastará para que la carne enternezca. Si cocinamos con olla a presión necesitaremos aproximadamente de media hora a tres cuartos,  dependiendo de la dureza de las aguas del lugar.
En este caso no añadiremos vino para el guiso de la carne, porque la acidez del tomate ya lo sustituye.

Cuando ya tenemos todo lo anterior preparado llega el momento de añadir el arroz. La medida que yo uso es un vaso de tamaño de los de agua (aprox 250 cc) por cada dos personas. En esta ocasión utilizaremos dos vasos. Volcaremos el arroz en el preparado anterior, que previamente habremos extraído de la olla rápida o a presión y habremos depositado en cualquier otro recipiente más convencional, tipo sartén antiadherente o similar, le damos una vuelta con la cuchara y enseguida le pondremos la cantidad de líquido que necesita (agua o caldo de carne si nos apetece, o incluso de verduras).
La correspondencia es, para que el arroz quede sin líquido, el doble de la medida de arroz. Si usamos dos vasos del mismo, pues añadiremos cuatro de líquido, aunque siempre tendremos que tener en cuenta el líquido, el jugo, que la preparación de la carne y los alcauciles lleva. Si más, pues menos líquido para conseguir el cocimiento del arroz.
Pero todo esto depende de los gustos,  siempre se puede ir corrigiendo algo conforme se vaya cociendo el arroz, para más, claro, nunca para menos, así que es más conveniente quedarse corto al principio.
Añadiremos un puñadito de sal, condimento colorante alimentario si nos gusta así y unas hebritas de azafrán si es de nuestro gusto. Si no, no pasa nada. El paladar de este plato es más que gustoso.
Cuando esté todo en el recipiente elegido lo pondremos a fuego alto y esperaremos a que empiece a hervir.
El tiempo para que el arroz esté en su punto y no se pase son 15 minutos, exactos, desde que todo lo anterior comienza a hervir. Hasta que no aparezcan borbotones no se debe empezar a contar. Cuando ha llegado a la ebullición a fuego alto, taparemos el recipiente y bajaremos el fuego al mínimo. Entonces,  contaremos 15 minutos.
Pasados unos 10 podemos mirar y probar el grano, si vemos que aunque duro ya aparece seco el guiso, le podemos añadir un poco de agua.
Una vez pasados, destaparemos. Si aún queda algo de líquido lo dejaremos así, destapado y esperaremos cinco minutos. Si no, los esperaremos igual antes de servir, pero tapado, pues estos cinco minutos de reposo son muy importantes en todos los preprados de arroz para su posterior degustación, si queremos que resulte intachable.
Ya no se pasará, puesto que está apartado del fuego.

Se recomienda cualquier tipo de bebida según gusto, pero particularmente les sugiero que lo coman acompañados de tan sólo un buen vaso de agua. La particular composición de los alcauciles hace que cuando ingeramos el sano líquido aparezca un sabor en nuestra boca inigualable, entre dulce y fesco, casi similar al de regaliz, un encuentro casi insospechado que nos hará vibrar de ilusión.

Se puede regar el plato de cada comensal también con unas gotitas de limón.

Que les sea de buen provecho.

2 comentarios:

Angie Perles dijo...

Hola, Loli. Te he conocido a través de Dolita y me gusta mucho tu blog y tus platos sevillanos. Este plato me ha recordado a mi madre que lo hacía a menudo. Gracias! Seguiré visitándote. Un saludo!

Sofía Serra Giráldez dijo...

Muchas gracias a ti, Angie!. Me alegro mucho de que conocieras ya este plato y te recuerde a tu madre.