Seguidores

miércoles, 21 de enero de 2009

Espinacas con garbanzos (para Obama)

Se las dedicaría todas, le cocinaría todas y cada una de las recetas que he incluído y seguiré compilando en este blog, para poder ayudarlo como fuera en la tarea que le queda. Merece para mí todo el respeto y hasta mi agradecimiento, porque momentos como el que vivimos ayer nos hace volver a creer en el ser humano.
Señor Obama, como ayer mismo le dije ante el televisor, que Dios le de mucha salud y todas las fuerzas, porque su bendición, ya se la ha dado.

Y ahora, a la receta en su honor.

Ya todos sabemos de las calidades nutritivas de una verdura como las espinacas, así que no abundaré en la cuestión. Sólo baste decir que en esta receta van acompañadas de garbanzos, legumbre inestimable por su rico aporte nutricional también.
Las cocinaremos con espinacas congeladas, pues aparte de por su comodidad, para este plato al menos, las verduras así conservadas son para mí más de fiar que las frescas, pues con éstas no estamos demasiado seguros de su fecha de recolección, y de todos es conocido que los productos pierden aportes vitamínicos durante el tiempo que va de su recogida del lugar de cultivo a nuestros frigoríficos, y aún así, de ellas, al momento de preparación.
Con respecto a los garbanzos, podemos usar los conservados en botes de cristal, pero particularmente me inclino por utilizar aquellos que yo misma haya extraído del puchero (ver entrada "Cocido de calabaza y habichuelas").

A aquellas personas que hayan visitado alguna vez Sevilla les puede resultar muy conocida esta prepración culinaria, pues resulta muy tradicional encontrarla en la mayoría de los bares o tabernas de la ciudad, bien sea presentada como tapa o ración. Al menos entre mis amistades siempre he oído la pregunta ¿cómo se hacen?, pues resulta sorprendentemente agradable para el paladar que unas verduras y unos garbanzos puedan adquirir sabores tan potentes y generosos. Pues bien, amigos, aquí podrán aliviar su curiosidad.

Ingredientes:

- 1 bote de garbanzos o la cantidad correspondiente a más /menos 250 gramos de garbanzos ya remojados, cocidos, es decir, tiernos.
- 1 paquete de espinacas congeladas, de 400 gramos o medio kilo


Como van guisadas con el majado sevillano (ver entrada particular de esta forma de preparación) me ahorro decir todos los pasos del mismo, pero por si acaso, repetiré los ingredientes :
- 1 ajo rajado y frito
-1 rebanada de pan consistente frita y luego remojada
- culantro en semillas
- comino en grano
- pimienta negra en grano
- sal
Esto para el majado.
El sofrito del pimentón, como ya expliqué en la receta del majado, y usando los ingredientes pertinentes, es decir, aceite de oliva, un par de ajos picados y fritillos, poco, y la cucharadita de pimentón dulce.

Una vez introducida la receta, vayamos al asunto.

En una olla con un poco de agua echaremos las espinacas congeladas con la pretensión de que den sólo un hervor para así poder conservar algo del líquido que suelten y que de camino, se nos descongelen. Cuando ya estén listas las colaremos, eso sí, siempre teniendo la precaución de no tirar el líquido, pues éste nos servirá para remojar la rebanada de pan frito.
Una vez coladas las depositaremos en el recipiente que hayamos elegido para su elaboración, a ser posible, tipo cazuela antiadherente. A la vez añadiremos los garbanzos ya cocidos.
Y entonces nos dispondremos a elaborar el conocido majado sevillano, que como buenos seguidores de este blog, sé que habrán leído cómo se hace.
El último paso de aquél consistía en volcar el aceite con el ajo picadito más el pimentón en la cazuela donde vayamos a guisar las espinacas. A continuación majaremos todo lo que haya en el mortero y añadiremos a lo anterior. Enseguida pondremos todo a fuego vivo moviendo con la cuchara de madera para que todos los ingredientes se mezclen bien. Es en este momento cuando, si nos gustan las comidas con pique, podremos añadir una o dos guindillas. Algunas personas también le añaden un chorrito de vinagre, pero yo no acostumbro a hacerlo, aunque si por ejemplo nos decidimos a elaborarlas con hojas de acelgas, les puede ir muy bien, ya que las alegrará.
Cuando esté borboteando la preparación bajaremos la candela y taparemos. Entonces nos dispondremos a esperar una media hora vigilando cada dos por tres, pues el pan remojado tiende a "agarrarse" al fondo. Moveremos de vez en cuando con la cuchara de madera e irmos corrigiendo de sal, teniendo la precaución de no añadir mucha, pues este guiso, como casi todos, tiende a concentrar sus sabores al final del proceso.
Pasado ese tiempo los restos de líquido han debido consumirse y todos los ingredientes se hallarán impregnados de todos los sabores que las especias le aportan, pero debemos tener en cuenta algo muy importante. Esta preparación, las espinacas con garbanzos, forma parte de aquella legión de platos que resultan más exquisitos mientras más tiempo haya pasado desde su elaboración, y en resumen, la calidad de su éxito, dependerá de nuestra paciencia para conseguir que todo el preparado suelte ( y por tanto se evapore) sus sobras de agua, así como a la vez el aceite va separándose de los ingredientes, de tal forma que sucede casi como en la receta de la masa de croquetas. Por ello mismo mínimo media hora deberá estar cocinándose.
Un consejo, si la van consumir por la noche, háganla al mediodía o por la mañana, o con un día de antelación. Recalentada, una y más veces es como va adquiriendo su punto tan característico y que satisface tanto a los gastrónomos más exigentes.
Para presentarlas en los platos les sugiero frían unos cuantos dientes de ajos enteros, así como unos bastones de pan duro, a ser posible blanco, y en cada servicio claven un par de cada uno de ellos en el montoncito que forman las espinacas con sus garbanzos.
Levanta el alma y caldea el ánimo, es casi como el "sursum corda" (exaltación de los corazones) de las preparaciones culinarias, algo así como el Sr. Obama nos hizo sentir ayer cuando habló tras ser investido como presidente de su nación.

Señor Obama, que las disfrute con salud, desde Sevilla (Spain) para usted, de alguien que se sintió en primera fila escuchándole.
Y todos ustedes que las disfruten también, claro está. Y todos, que lo veamos.

No hay comentarios: